sábado, 8 de marzo de 2014

RELIGIÓN, RELIGIOSOS, Y OTROS ESPECIMENES

Son los que escriben de culpa  tu alma.
No sostienen las noches su lejanía
Aun menos, lamentan tanta porquería.
Son ellos, no nosotros,  por quien vemos.
Dioses del amanecer que corroen las entrañas de quien conocemos.

Sedientos de sangre se nutren de infelices criaturas. Que no tardan en morir.
Son ellos, no nosotros, por quien suenan las campanas.
Les representan e idolatran,
A la vez que olvidan, pues  no sienten ni cuando ven sufrir.

Malditos sean esos, socialmente correctos, corruptos de alma que solo ven la luz que les dejan ver.
No sostienen las noches su lejanía.
Los  Dioses son  demonios, disfrazados de corderos, que devoran lo bueno sin tiempo que perder.
Son ellos, no nosotros, por quien vemos.
Muere dios vengativo, yo te enterraré, no sea que vuelvas de sangre lo poco que de sus almas puedes ver.

Ni un suspiro te dedicaré,


El cuento monstruoso, de flautas y ratas que le siguen, no acaba en el agua de sus lágrimas.
Transcurre por los tiempos, el odio,


De siembra estéril,  los tractores llenan mi alma.

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