martes, 23 de junio de 2015

Abrí la lata lentamente...

Abrí la lata lentamente y allí estabas. Apretujada entre aires irrespirables. Una vida rutinaria unía los diversos puntos de sutura de numerosos traumas. Del trabajo a casa y de casa al trabajo. Ya no tenías fuerzas para avanzar, pero mantenías una sonrisa juvenil que delataba un corazón con alma. Las armas de mujer eran evidentes, aunque desgastadas por múltiples metamorfosis. El amor, antaño vencedor en cientos de batallas, se mostraba extrañamente dúctil y se deshacía como plastilina en mal estado. La larga cabellera, de rizos hercúleos, caía ahora con desgana y ocultaba un bello rostro de ojos negros. Supe rápidamente de tu motor averiado, de tu epidermis ennegrecida por tantos y tantos amaneceres. Desde la atalaya divisabas un mundo que ya no era el tuyo, y del cual habías renunciado. Los vientos habían dejado de agitar tus largos cabellos y la oscura mirada permanecía fija en puntos lejanos. Los lacrimales ya no podían crear lágrimas, en otros tiempos, origen de manantiales. Árido desierto dónde la sangre dejó de fluir.

Decidí quererte! Enamorarte cada día! Hacerte feliz!

Ahora, que el invierno ha llegado a mi vida y que hace tiempo que yaces en el mar, conozco la respuesta. La encontré un día acariciando una dura roca de una playa desconocida. Al poco de darle calor se deshizo entre mis envejecidas manos y se transformó en brillantes granos de plata y oro. Sin forzar, lentamente, dando simplemente calor. Allí estabas...

lunes, 22 de junio de 2015

Humanos?

Iba pensando en el mundo emocional, el cual siempre me pareció el verdadero mundo real, cuando una pelea salvaje entre niños me interrumpió en mis elaboradas disquisiciones y, casi sin pensar, les solté, -no podéis poner un poco de sentido común-.

Uno de los niños, envuelto en rabia, me dijo, "me ha insultado". Tratando de ser justo les hablé desde mi pedestal; debemos respetarnos unos a los otros, así no se solucionan los problemas! A lo que el niño, con una mirada inyectada en sangre, me respondió, "¿y como hago eso?". Tu fuerza puede imponerse, está claro, pero siempre será limitada. Crees que el universo te pertenece? Pues no! Eres simplemente un pequeño grano de polvo en medio de él. Si escuchas tus emociones probablemente te sentirás identificado con otros niños y con el tiempo serás mejor humano. En ese momento aparecieron los padres de los niños y comenzaron una batalla campal. El niño me miró con desdén y afirmó rotundo, "qué inhumanos son mis padres".

Humans?

Anava pensant en el món emocional, el qual sempre em va semblar el veritable món real, quan una baralla salvatge entre nens em va interrompre en les meves elaborades disquisicions i, gairebé sense pensar, els vaig deixar anar, -no podeu posar una mica de sentit comú-.

Un dels nens, embolicat en ràbia, va dir-me, "m'ha insultat". Tractant de ser just vaig parlar-li des del meu pedestal; hem de respectar-nos els uns als altres, així no es solucionen els problemes! Al que el nen, amb una mirada injectada en sang, em va respondre, "i com ho faig això?". La teva força pot imposar-se, està clar, però sempre serà limitada. Creus que l'univers et pertany? Doncs no! Ets simplement un petit gra de pols enmig d'ell. Si escoltes les teves emocions probablement et sentiràs identificat amb altres nens i amb el temps seràs millor humà. En aquell moment van aparèixer els pares dels nens i van començar una batalla campal. El nen em va mirar amb desdeny i va afirmar rotund, "què inhumans són els meus pares".

jueves, 18 de junio de 2015

Siesta playera

Cual surfista de piedra y roca escribo versos sobre las olas del mar.
Letras de tinta azulada entre bruma blanca que el sol hiriente
tatuador de pieles
dibuja a través de hilos invisibles.

Mientras los vientos recorren kilómetros abriendo velas y desplazando veletas
mancho la orilla de instantes
que quizás
sin saberlo
fueron de otros.

Cálido día de verano que afronto sin dirección ni metas
modificando horizontes y componiendo locuras.

Mi tiempo se acaba y
el último grano de arena
me recuerda el final del sueño.

El sol tan solo es un reflejo en el lomo del mar.
El cielo parpadea antes de apagarse.

Ya es negra noche en el oculto y bello interior.

Dios! como maldigo el despertar!