Endurecida por la vida…
El paso del tiempo en tu piel y el
sufrimiento en las palabras.
Nos sentamos al unísono.
Se iniciaron en mi sensaciones olvidadas,
aires tempestuosos y libertarios.
Ese insecto que maldecía hace tanto
tiempo y que me mantuvo en el sopor, murió repentinamente en cada fonema que
utilizaste.
Nunca creí en milagros ni en nada
semejante. Qué me sucedió contigo?
La invidencia sentimental se
desperezaba sin saberme correspondido.
Te acabas de ir y yo ya pienso en tu
vuelta.
No te das cuenta que no puede ser!!
Te quiero en mi piel, en mi vida…
…pobre iluso!!
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