Estimar, si! estimar...
Alguns parlaran de sentiment i d’altres d’emoció però ara se que per damunt de
tot és demostració i fets. Un, no cal dir-ho, pot estimar moltes coses fins i
tot el seu flamant cotxe recent comprat. Pot passar-hi hores entusiasmat amb
aquella meravellosa tecnologia i fins i tot no dormir o dormir malament pensant
que està solet al pàrquing i que, damunt, aquest no està gens vigilat. Per
desgràcia, aquest amor es efímer i un dia desapareix i és ràpidament substituït
per un cotxe amb més cavalls més lluent o perquè te senzillament més botons.
No, jo parlo d’un altre estimar... D’aquell que les adversitats fan fort,
d’aquell que descobreix en nosaltres quelcom que no sabíem que teníem. El de
pares vers a fills, fills vers a pares, gossets, canaris, hàmsters,...
L’estimar que fa costat quan les coses no van bé. L’estimar que es sobreposa al
temps i la seva inevitable erosió. Aquell que acompanya sense res a canvi.
L’estimar que la malaltia no debilita sinó tot el contrari i augmenta la
dedicació i l’afecte fins que la vida dicta sentència. Per a mi, i ara que tinc
més blanc que negre al meu cabell, aquest és l’autèntic estimar. El que sap que
res que fem a la vida te valor sinó hem estimat. I d’aquest amor, tan i tan
bonic, no en fem res sinó l’aprenem a demostrar.
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Philip K. Dick// Si fuera un robot, seguramente, me gustaría escribir sobre aspectos psicológicos, emocionales y filosóficos. Un suspiro emocional en un mundo cibernético...//Si fos un robot, segurament, m'agradaria escriure sobre aspectes psicològics, emocionals i filosòfics. Un sospir emocional en un món cibernètic ...
jueves, 24 de enero de 2019
miércoles, 2 de enero de 2019
Reflexión irreflexiva y emocional
El tiempo
detenido en la emoción de tu ausencia. Soy consciente de ella y de mis intentos
por no sentirla. Es una cuestión de tiempo, me digo, y realmente lo es. Días,
meses o años, pero se desvanecerá. Quizás un hilo de frágil composición unirá
las mentes en un ayer que murió entre suspiros de frustración y desesperanza.
Un acto de amor
puede ser dejar marchar y empezar el duelo desde la confusión inicial. Las
etapas se sucederán, invertirán o transmutarán en sentimientos de difícil
pronóstico. La reconstrucción final dependerá de ese proceso y de su superación
más o menos elaborada.
Y si por pensar
fuera, uno puede encontrar explicaciones dispares a la locura de las relaciones
de pareja. Yo hace tiempo que dejé de buscarlas y de teorizar respecto a
causas, hipótesis y torturas auto aplicadas. Seguramente algo tan sencillo y
complejo a la vez no requiere de más drama que el propio padecer.
Demasiadas veces
nos revolcamos en el silencio, la depresión, el griterío o las opiniones de
terceras personas que con más o menos acierto efectúan un diagnóstico sesgado
por sus creencias, personalidad y experiencia en la vida. ¿Para qué? si hay que
vivir, acertando o errando, sufriendo o no, felices o no tanto, ¿Vivimos, o
dejamos de hacerlo?
A riesgo de ser
tachado de frívolo diré que la realidad por mucho que la adornemos acaba por
adelantarnos incluso en línea continua y por mucho deportivo que llevemos. Evidentemente,
eso pueda retrasar lo inevitable y entrar en la pura hipocresía de otra época y
curiosamente a cierta realidad virtual.
Si algo he
aprendido es que cada uno somos responsables de las decisiones que tomamos y/o
sus consecuencias. Tengo la impresión de que algo tan intuitivo y quizás
impulsivo como la toma de decisiones en las relaciones de pareja no puede
someterse a un escrutinio desmesurado. Si no va, no va.
Al final el acto
de querer no es seguir a toda costa sino dejar ir para amar, ser amado y amarse
a uno mismo.
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