martes, 25 de febrero de 2014

Huellas...

Me tiemblan los ojos, ante los corazones que no pude comprender.
Lloran de rabia inquieta, que  los lacrimales no pueden ni deben detener.
Suena la marcha fúnebre de incesantes lamentos; suena y resuena, aquella voz afligida que nos recuerda quien somos y en que nos convertiremos.
Desde  los filósofos antiguos, hasta los modernos, la huella indeleble del sufrimiento, nunca  ha sido explicada; por cada lagrima suya, gotea el conocimiento, por cada lagrima anónima, el sufrimiento.

  El mar son ríos que se unen, suenan dulces, pero saben salados.No   comprender, desemboca en el mar..-en el delta, mezclado de agua dulce y salada que nos hace llorar.

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