viernes, 19 de enero de 2018

Derrotado

Luces y sombras de un pasado de piedra lanzada en mar silencioso. Origen de arrugas y heridas concéntricas que se desvanecen lentamente.
Deseos fríos y cálidos que entrelazaron sus moléculas originando algo nuevo, balbuceante y desprotegido.
Fuegos desencadenados y descarnados que saciaron de sed inolvidable y olvidable, entre negras y blancas oscuridades.
Juntos conquistamos, vencimos y derrotamos multitud de enemigos. Esclavos del placer, cuando gritamos libres. Encadenados al deber cuando no lo fuimos.
Infusión de amor que no cabía en el vaso hecho a mano por dedos sedientos y ávidos de afecto.
Descredito y humillación de una derrota que, sin embargo, no era tal, porque fuimos juzgados por el abismo insondable de demonios desconocidos. Por monstruosidades como Medusa antes que Perseo le cortara la cabeza.
Convertidos en piedra, ya no compartimos historias en libros nunca editados. Se deshicieron las fotografías pretéritas y ahora amarillentas que lo ilustraban.
Humedades y besos pendientes petrificados.
La mirada inerte y gélida del qué sucumbió…

A la vida.
Al desamor.

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