A veces, tiraría la toalla.
Dónde estás?
No te escondas.
Y mi fuerza?
El cansancio me aburre ahogando
cualquier virtud y, sin embargo, no la encuentro.
Paso horas de mierda. Tengo miedo.
No será que mi fuerza,
es la tuya.
No será que vivo, queriendo ser, por
ti.
Vida perra, de calle inútil, lamentos
consumidos, arrastrados trabajos de luchas pérdidas.
De vencidos.
De cobardes.
De anónimos muertos que pasan por
nuestro lado indiferente.
De llorones, burlones, gentes
ordeñadas y ordenadas.
De pena.
De rabia.
De amores perfectos, de túnicas
negras, anillos, bodas, abrazos de envidia...qué asco.
Buenos pelotas, futboleros
melancólicos, exparejas, divorciados, solteros, juntos...qué vergüenza, qué culpable, qué asco.
Soñar coños, tetas grandes
interplanetarias, aterrizando con nuestros penes orgullosos; eréctiles.
Aparatos de incomunicación,
comunicando, gritos televisivos amenizados con aceitunas rellenas.
Semen de hijos, ovulando estúpidos
hijos de puta.
Corrompe ya, el último halo de razón
y déjame tirar la toalla...
Corrompe ya, a los últimos imbéciles.
Pero préstame sus brazos.
Dame su ternura.
Que yo encontré una toalla.
Tu me la dejaste...
para poder llorar.
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